martes, 16 de abril de 2013

Conclusiones, 2.


Ayer por la tarde llamó mi abogado.    Dijo que había salido la sentencia : “Bastante mal”. No quiso decirme más por teléfono. Al entregármela en persona, al leerla, más de una vez, me doy cuenta de su dureza. El demandado parezco yo.   Es todo como un gran absurdo, o un circo.  Hay una especie de temerario trabajador loco y sobre todo una empresa (ex) que parece lo que yo sé que no es.  Así, alguien así, como yo, según parece, no puede tener criterio alguno. Mi soledad es absoluta y mis fuerzas ya decayeron, o vaciaron, o fueron aplastadas por los acontecimientos, o por el planteamiento, en el que no puedo empezar de nuevo, para hacerlo de otro modo. No hay vuelta atrás. Sólo hay una oportunidad.

Queda empezar de nuevo, pero empezar otro camino. Gracias a todos los que me animaron. Ahora ando embargado de hastío. Quedará intentar mejorar, para hacerlo mejor la próxima vez, siempre dando pelea.